jueves, 27 de junio de 2013

UNA VISITA VIRTUAL A SYMBOLON... SANTA MARIA LA MAYOR PARTE II

CREO EN EL ESPIRITU SANTO
Parte II - La comunión de los santos, el perdón de los pecados y la resurrección de la carne


En el cristianismo el cuerpo está llamado a la santidad, llamado a participar plenamente de la gloria de Dios. En su carne es donde nos ha salvado Cristo. Su carne crucificada  ha sido glorificada. 

En ningún momento, en la memoria de los apóstoles, vendrá la resurrección a borrar la experiencia de la cruz. La resurrección de la carne manifiesta la seriedad que tiene toda vida humana para Dios y justifica el combate de la Iglesia por la dignidad de toda vida humana. 

La muerte no es el fin último del cuerpo, porque no es la última experiencia del hombre. En nombre de la resurrección de Jesucristo creemos en el compromiso de Dios en la historia humana. 

Dios ha querido resucitar en él esa manera de vivir que se expresó en la encarnación. En la medida en que vivimos del Espíritu Santo derramado sobre toda carne, afirmamos que Dios no hará para nosotros otra cosa distinta de la que ya ha realizado para su Hijo.


La comunión o solidaridad entre los discípulos  de Cristo, el perdón de los pecados y la esperanza de un más allá de resurrección y de vida eterna son tres experiencias de primer orden que constata el símbolo de los Apóstoles. Estas experiencias están íntimamente articuladas. La resurrección significa, en el corazón de la fe, la verdad de nuestra vuelta al Padre. Aquel que es el origen de todo es también aquel hacia el que caminamos. Llevados por el movimiento trinitario, el acto de fe nos conduce del Padre al Padre, recapitulando la autorevelación de Dios.

El entierro del Conde de Orgaz – El Greco (1586 - 1588)









Tríptico de los Siete Sacramentos - Roger van der Weyden (1445-1450)



Icono Ortodoxo de la Resurrección de Cristo















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